Funerales: El eco de una misma voz

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Cuando mi voz haya enmudecido, vosotros no me recordaréis, excepto como el eco de una voz que antaño trenzó este cesto de frutas en frases

Virginia Woolf (Las olas, 1931)

“No voy a ir al funeral”. Así empieza, avanza y se desarrolla, a lo largo de 110 páginas, la primera novela de Sofía Troncoso (Trazos de aves, 2023; Premio Roberto Bolaño, 2022). Esta frase, aparentemente escrita a consecuencia del título del libro, y que, lentamente, te termina por incentivar a seguir leyendo, fue suficiente motivo para hacerme escribir este intento de artículo o reseña. Sin embargo, y esto es algo que disfruté al momento de cerrar el libro, aún no termino de categorizar Funerales en un género en específico, y es que, por momentos, efectivamente me parece que estoy frente a una novela contemporánea; pero, a la página siguiente, llego a la conclusión de que estoy leyendo un largo poema en prosa, o, tal vez, un cuento de muchos capítulos: un eco de múltiples voces, matices y luces y sombras.

La reiteración de palabras, a modo de monólogo interior, es, sin duda alguna, uno de los grandes aciertos del título ganador del Premio Roberto Bolaño (categoría novela, 2022). Un buen escrito, pienso, no necesita de un vocabulario sumamente amplio, rebuscado o lírico; pues, después de todo, la literatura no se sustenta en el lenguaje en sí, sino en cómo este es utilizado, y es ahí, en ese manejo de la voz narrativa, que encontramos lo que comúnmente llamamos “estilo”, y Funerales posee una autenticidad propia –acaso lo más difícil de lograr al momento de escribir. Varias de estas palabras quedaron resonando en mi cabeza como una mariposa atrapada en un frasco: funeral, muerte, llamada, familia, caras, lamento, enfermedad, sopa, etcétera. Asimismo, no puedo dejar de mencionar una de las frases que más me encandiló: “Qué mal gusto morirse en verano”, frase que, sin siquiera darte cuenta, te lleva a pensar en la siguiente pregunta, ¿cuál es la mejor estación para morir? Puede parecer una incógnita existencial del momento, un mero pensamiento intrusivo, y sí, puede que quizá lo sea, pero ¿qué sentido tiene leer un libro si este no te lleva a cuestionarte ciertas cosas? Como escribió Baudelaire: "El estudio de lo bello es un duelo donde el artista grita de espanto antes de ser vencido".

Funerales es una novela que te atrapa en un crucigrama de cuestionamientos personales, preguntas sin respuestas, soliloquios y contradicciones acerca de la memoria, el dolor y el sentimiento de pertenencia. Estas contradicciones son propias de alguien que escribe desde la experiencia, y en este sentido, y analizando el panorama literario chileno actual, es algo que se agradece un montón, porque, y como menciona Pascal, hay razones del corazón y razones de la cabeza, y Funerales es un texto lo suficientemente ágil, poderoso e inteligente como para indagar en ambas conciencias.