Paroxismo: Poema de Mónica Méndez
- revistaelcoloso
- 15 may
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Es poesía tu cuerpo ebrio de arrebato,
paroxismo inacabable disuelto en vino dulce
y melosa algarabía.
Mientras la enhiesta tensión de a poco cede,
improvisamos melodías tocadas sobre piel ígnea,
en una partitura sinuosa de extenso tañido
que enzarza los suspiros al solo tacto
de la molicie de nuestros cuerpos
que se abrazan enajenados.
Un sediento compás ruge desesperado.
No hay cómo acallar los gritos
que dentro del pecho hendido
treman cegados de ardor.
Somos un navío que se hunde
perdido en los confines del deseo,
indagando, surcando mares,
que zigzaguea ululante entre jadeos y clamores.
Tu caricia es borrasca
que desde el ocaso hasta el alba
fustiga con fuerza y cae adormecida
tras ferviente agonía.
Arrullado el afán por el canoro trinar de los pájaros
que envuelve al oído en un abrazo tibio,
la piel húmeda pegada a la espalda
es el último vestigio
de un amorío fugaz.

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