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La estatua del mar: Poema de Adrián Chaurán

  • Foto del escritor: revistaelcoloso
    revistaelcoloso
  • 4 oct
  • 2 Min. de lectura

alzar tu cobija de espuma

el blanco alejado de tu esperma difuso

marítima señal de un vientre desgarrado

en tus olas es la muerte la paz del naufragio

quiero tu silencio bahía de lápida celeste

quiero la anegada condena de tu ser

 

aves sin sombra vuelan en vilo tu dentadura

el albor de tu odio sagrado

con sus redes de querosén y de crudo

como una caricia de amor o de gracia

porque respiran con la piel de tus sueños

mar, eres una inmensa cadena de astros inclinados

no hay principio en tu tiempo eres

muerte como infinidad de orillas desconocidas

mar, reposan las raíces del horizonte

entre las frías ciénagas de tus ojos

 

el mar desciende a las tinieblas de su llanto

cuando los cielos, de pronto, abandonan sus olivares

y el grito recibe como un beso los labios de pasión

el mar descansa y apenas su aire rueda como luna

luna empuñada, ala de cada pena y de amor,

es el amor, cuando vuelve a las arenas arrastrando su ser

despertando de su sollozo

quiere elevar su corazón de sangre

 

en sus olas se deshace el destino

en sus olas el ayer evoca trémulas gaviotas

para descifrar en su vuelo la caligrafía de la esperanza

 

el mar siente mi lamento siente rodar mi voz

bajo la escarcha de sus huellas siente mi cuerpo

al vagar por sus aguas consteladas siente mis venas

siente mi pulmón acariciado por sus manos mar

mar tus lágrimas anegan mis ojos la mirada

el ocaso débil que gime de sal sepultada

 

quiero en la hora del naufragio tu silencio

quiero tu llanto quebrando las ventanas

quiero tu voz quemada de pura luz

tu voz abría un amanecer y en

tu voz habría un amanecer

si tus olas olvidaran mi corazón lejano

 

mar desgarra mis manos

mar ten en mi piel un solsticio

mar un farol de ahogados te nombra

al murmullo de tu muerte ser recordado

quiero el sacrifico de tu sideral boca

quiero la última sal de tu ausencia

el resquicio paulatino de tus olas al ir pérdidas a mis pies

enredadas detrás de las tenues praderas eres mar

nos separa la distancia de un beso de tus muertes.


Estudio de marina con nube de lluvia (John Constable, 1827)
Estudio de marina con nube de lluvia (John Constable, 1827)

 
 
 
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