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Incendio: Poema de Magdalena Cueto

  • Foto del escritor: revistaelcoloso
    revistaelcoloso
  • hace 5 días
  • 1 Min. de lectura


Bésame hasta que la carne ceda,

hasta que mis labios se quiebren

como vidrio bajo tu lengua.

Tócame —no con ternura—

sino como si buscaras algo perdido

debajo de mi piel.


Cada roce es una resurrección,

cada susurro es fuego entre mis pechos.


La sangre arde a lo largo de mis venas

como caballos en llamas.

El sudor es una confesión líquida.

Esto —que me quema—

me da razones para no morir.


Te ofrezco mi ruina más suave,

mi herida más sangrante.

Soy toda fiebre:

en el pecho que arde,

en los muslos que tiemblan,

en los labios partidos

que suplican

por morderte otra vez

[y otra vez


María Magdalena en éxtasis (Caravaggio, 1606)
María Magdalena en éxtasis (Caravaggio, 1606)


 
 
 

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