Danza con el viento: Poema de Mónica Méndez
- revistaelcoloso
- 24 jun
- 1 Min. de lectura
Alguna vez infectada con el dolor
infringido deliberadamente
demudada la piel que escocía de atribulación,
tardía se transformó en polen
y, en forma de flor, fue devuelta al viento,
con el que ahora danza en cámara lenta.
Se extrajo la belleza de la aflicción
con una aguja que drenó desde muy dentro
el malestar asentado
para verterlo sobre las raíces del tormento
que nunca se enraízan en su ubicua esencia.
Cada angustia que brindaste se volvió poesía,
moldeada como una flor cuyos pétalos
se entregaron a la brisa como a una nueva querencia.
Sé mi verdugo, y pronto,
envuelto en un recuerdo, te habrás ido.
Regálame penas y las transformaré en versos.

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